martes, 19 de junio de 2007

WEB 2.0

Web 2.0 se nos presenta como una alarmante anticipación de cosas que quizá ni siquiera tengan la posibilidad de suceder.
Si bien, las máquinas están creadas por el hombre, están muy lejos de ser imagen y semejanza humana, pues por más que se trate de transmitir emociones a través de la web, un guiño por messenger o una tarjeta virtual jamás producirá en las personas el mismo efecto sensitivo que un beso o un abrazo.

Sin embargo,es innegable que la web cierra brechas temporales y espaciales entre grupos que necesitan comunicarse rápida y efectivamente... lógicamente, un e-mail viaja más rápido que cualquiera de los servicios de correspondencia express del planeta, pero todavía hoy hay quienes prefieren recibir el papel que pueden tocar y oler... definitivamente, la experiencia es distinta.

Por otra parte, existen actividades que son estrictamente humanas, y que no tendría sentido replantear para vincularlas con la red; por ejemplo, ahora nosotros estamos plasmando ideas en documentos virtuales, pero la web por sí sola no sería capaz siquiera de esbozar una idea... desde allí, es fácil divisar muchas otras funciones que la web jamás podría realizar, y que no son ni serán percibidas igual por nosotros a través de las nuevas tecnologías.

De tal modo, las brechas que cierra el uso de la red al agilizar procesos de comunicación e información, son aumentados exponencialmente cuando se trata de experiencias sensitivas, pues desde oler, tocar, saborear, etc, son vivencias que sólo se pueden realizar en directo... aquí no vale la realidad virtual.

Algo que no podemos negar es que la estructura y los formatos de las publicaciones web resultan ser de las más grandes aproximaciones a la graficación de la forma de pensamiento humana.

No hace falta que repitamos que nuestro cerebro almacena más información que cualquier computadora, aún y cuando funcione a niveles muy por debajo de su capacidad total, pero lo importante es resaltar la forma en que nuestro pensamiento suele estructurarse por asociaciones. Nuestra memoria podría estar llena de llaves, corchetes y flechitas, si tuviéramos que verla plasmada en una hoja de papel.

En definitiva, no es tan cierto que las máquinas son imagen y semejanza del humano. La humanidad es una característica inigualable que privará por encima de toda capacidad e almacenamiento, y de cualquier tecnología.

Si bien, la red nos permite relacionarnos, y mantener vínculos con personas y lugares remotos, no hay manera de equiparar las experiencias virtuales con las que podemos percibir a través de las experiencias, de la memoria, de las emociones y de los sentidos.




1 comentario:

Ágora dijo...

Importante lo que señalan,las màquinas nunca seràn iguales al hombre, pero no por ello se pueden obviar todas las posibilidades que estas herramientas tecnològicas nos brindan ¿còmo negarse la oportunidad que da la web 2.0 de construir y deconstruir conocimiento sin intermedairios? Simplemente eso, para mí,las vuelve geniales!
Francis